domingo, 19 de marzo de 2023

El arte de gerenciar países


Fuente: Vantage Circle

Los países son en esencia organizaciones de personas con un territorio común, reglas, cultura y objetivos similares, desde este punto de vista necesitan de procesos de gerencia que lleven a sus habitantes a materializar los resultados esperados. 

Lo primero que hay que decir, es que dicha gerencia no es superior jerárquicamente a los habitantes del país, por el contrario es subalterna, deja atrás la lógica tradicional que supone a los ciudadanos como súbditos o seguidores inferiores, más bien se define como una instancia contratada y supervisada por aquellos para asegurar el avance conjunto de la sociedad. 

Lo segundo es que se trata de una gerencia formada, estructurada, experta en las funciones gerenciales, capaz de comprender detalladamente los recursos y las capacidades de la organización y definir una estrategia magistral que garantice la obtención de buenos resultados.

Lo tercero es que la gerencia de un país es ajena a ideologías que sesguen sus puntos de vista, fundamentalmente porque debe poder tomar decisiones neutrales que le convengan a todos los habitantes sin importar sus características y condiciones. 

La gerencia de países comienza por comprender el contexto en el que debe materializarse, entender las características del mundo en el que se desenvuelve, así como las condiciones y reglas acordadas dentro del sistema mundial, de la misma manera entiende cuidadosamente el funcionamiento del país y del Estado como organización que facilita su desarrollo. 

Seguidamente, entiende que su propósito es lograr el mejoramiento del bienestar de todos y cada uno de los integrantes de un país, elevando de forma importante su riqueza y generando todas las condiciones para que se materialice su felicidad. Por supuesto este resultado dependerá de qué tan bien se logre una articulación efectiva con el mundo y qué tanto la interacción entre el entorno interno y externo del país, faciliten la construcción de valor colectivo. Este último término hace referencia a la capacidad de un país para tomar insumos de diferente índole y transformarlos en algo necesario para el resto del mundo que genere alta disponibilidad a pagar. Cuanto mayor sea la diferencia entre el valor de esos insumos sin transformar y el valor de los productos transformados, mayor será la capacidad del país para construir valor. La construcción de alto valor de forma colectiva, altamente demandado y remunerado por el mundo, es lo que en realidad explica la riqueza y bienestar de los países.

De acuerdo con lo expresado, la gerencia de países, comprende claramente la configuración de los sectores productivos del país y establece cómo transformarlos para concentrarlos en actividades de alta producción de valor y alta demanda mundial. Además determina la forma de lograr que los recursos y las capacidades del país, que se encuentran dedicados a actividades poco valiosas, puedan transformarse durante rápidos y contundentes periodos de transición, de suerte que se trasladen sin contratiempos a los sectores con alta capacidad de generación de valor. 

Para lograr estos cambios, la gerencia de países dimensiona muy claramente la forma en la que utilizará al Estado como organización, la manera en que debe ajustarlo y modificarlo también, de suerte que se convierta en una plataforma para la construcción de valor y en un facilitador de la recomposición productiva. 

Además, la gerencia de países trabaja activamente en unir a los integrantes del país en torno a estos objetivos comunes, procura por todos los medios que no hayan rupturas internas y que en conjunto trabajen para mejorar la generación de valor y el mejoramiento contundente de las condiciones de todos y cada uno de ellos. 

En este sentido, se concentra además en que el valor producido, se distribuya al interior de toda la sociedad, procura que los costos de los hogares sean los mínimos posibles, mientras sus ingresos se maximicen. 

De otra parte, para que la construcción de valor colectivo sea posible, se distribuya entre todos los integrantes de la sociedad, crezcan los ingresos conjuntos, se reduzcan los costos de los hogares y por esta vía, mejore su bienestar, riqueza y felicidad; es necesario transformar el entorno interno para que se convierta en uno estable en el que los integrantes del país se sientan tranquilos y experimenten una sensación de certidumbre, qué les permita comprometerse con el desarrollo y tomar decisiones de mediano y largo plazo que lo dinamicen. 

Tal situación implica además, gerenciar la operación del Estado de forma contundente y efectiva, de suerte que la provisión de bienes y servicios públicos se materialice en el marco de altos estándares de oportunidad, calidad y eficiencia. Aspectos como defensa y seguridad, estabilidad económica, justicia, salud, educación, infraestructura pública etc., no deben ser una preocupación para los integrantes del país, ni mucho menos generadores de incertidumbre. 

De otro lado, la gestión financiera eficaz del país es otro de los propósitos más fundamentales del gerente. Mediante la transformación productiva, logrará que la balanza de pagos cambie y que los ingresos empiecen a ser muy superiores a los egresos, de manera que el valor colectivo construido vendido en el exterior  genere excedentes importantes, que se queden dentro del país y lleguen a los diferentes hogares. Además, procurará que estos recursos adicionales se reinviertan para mejorar de forma sistemática la capacidad de todos los sectores en materia de construcción de valor. Por otra parte, entendiendo al Estado como el facilitador de estos cambios, asegurará que sus finanzas sean impecables, que los recursos con los que cuenta sean magistralmente invertidos, en el desarrollo del ecosistema habilitador de los sectores que consolidan la generación de valor colectivo, con muy alta rentabilidad social y que aspectos generadores de riesgo e incertidumbre cómo el déficit fiscal y la deuda externa, estén en sus mínimos niveles mientras la política monetaria y la fiscal sean altamente rigurosas y responsables. 

La gerencia de países supone, por supuesto, la selección, desarrollo y estabilización de equipos con altas capacidades gerenciales, que aporten de forma inminente en la construcción e implementación de todo lo mencionado, aseguren una única lógica gerencial completamente coherente y compartida, que se multiplique de forma eficaz en todos los niveles organizacionales. 

Por supuesto, la gerencia de países buscará crear un entorno que facilite de forma importante los procesos de construcción de valor colectivo. Identificará sistemáticamente todas las restricciones jurídicas, tributarias, culturales, económicas etc., que dificultan la construcción de valor y empezará a levantarlas una a una. Adicionalmente, indagará de manera detallada acerca de las razones que impiden que los ingresos generados lleguen a algunos integrantes del país, para iniciar procesos de cambio que mejoren la capacidad individual para construir valor, mejorar los ingresos y dar el salto hacia el desarrollo. 

La gerencia de países también incluye la estructuración y ejecución de proyectos de gran alcance que muevan todas las dimensiones del país, rápidamente en el sentido mencionado, supone retirar recursos de sectores de bajo valor para concentrarlos en el financiamiento de dichas intervenciones, además requiere de su gestión magistral para asegurar el logro de todos sus objetivos y alcances en los tiempos esperados. 

En términos de resultados, podemos decir que un país bien gerenciado es aquel en el que la riqueza del país y de todos sus habitantes se incrementa sustancialmente, tiene una economía, un entorno político y social, estables y propiciamente configurados, elabora productos de alto valor, el Estado es capaz de entregar todos sus bienes y servicios de forma oportuna y eficaz, con un alto nivel de satisfacción por parte de sus integrantes, es decir, se trata de un país con altos niveles de bienestar y felicidad. 

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