domingo, 12 de abril de 2020

Coronavirus Covid-19: si en época de crisis requerimos resultados distintos, nuestros líderes no pueden actuar de la forma acostumbrada


Para la mayoría de personas que vivimos en países tercermundistas, el Estado no es más que un mal necesario, un ente lejano que existe, sabemos que funciona mal y nunca logrará satisfacer nuestras necesidades. Dado el poco interés y desconfianza que sentimos hacia sus capacidades, las decisiones que tomamos con respecto a su conformación, son ligeras, emocionales, estamos dispuestos a “poner el rasguño en el dedo, por delante, del bienestar  de toda la humanidad”. 

Sin embargo, cuando se presentan situaciones críticas como la actual, que nos generan miedo, desasosiego y sobre todo, incertidumbre; la importancia del Estado cobra valor especial. Empezamos a comprender que nuestra libertad y supervivencia dependen en buena medida de las capacidades de nuestros líderes, cuestionamos nuestras pasadas decisiones, poniendo al fin la racionalidad y el bien común por delante de nuestros propios intereses. 

En ninguna ocasión que nuestra generación recuerde, nuestro futuro y el de todos los que queremos, había estado completamente en manos de las personas que elegimos para regir nuestros destinos, jamás en nuestras vidas, los problemas que cotidianamente aparecían en los periódicos cada mañana y que ignorábamos de manera consciente, estuvieron tan cerca de destruir todas nuestras esperanzas. Fraudes en educación, alimentación escolar, atención de enfermedades huérfanas, sobrecostos y sobornos en contratos de infraestructura, corrupción al interior de las EPS e IPS, quiebras de hospitales etc., parecían lejanos y dañinos para alguien más, por lo que pasábamos la página con la certeza de que se trataba de problemas de otros.

Colombia es un país que por décadas ha funcionado mal, su Estado es una organización llena de ineficiencias, corrupción, inexperiencia, ignorancia, intereses ocultos, delincuencia...en general, todo tipo de problemas que históricamente han impedido que los bienes y servicios públicos lleguen de manera eficaz a todos sus ciudadanos. Ahora, si estos resultados han sido tales en situaciones de normalidad, ¿por qué esperaríamos que durante la crisis todo opere de forma diferente?

Ya no es momento para escoger nuevos lideres, sin embargo, podemos exigirles resultados diferentes. Oportunamente, aquellos que nos guían, han tomado la decisión de aislarnos en nuestras casas con el objetivo de intentar reducir los excesos de demanda que el Covid-19 pueda generar en relación con la precaria oferta de servicios de salud, no obstante, cuanto más tiempo estemos encerrados, más profunda será la crisis económica a la que nos enfrentemos. De otro lado, el aislamiento demora la morbilidad y por esta vía la mortalidad, sin embargo, se trata de una medida que retrasa un resultado inminente con el objetivo de prepararnos y ampliar de forma cuidadosa la oferta de servicios de salud, que reducirá la mortalidad en la medida en que preservará las vidas de aquellos que con una detección y atención oportuna, puedan salvarse. 

Ahora, si nuestros líderes no hacen una gerencia magistral, si no implementan mecanismos mucho más eficaces que los acostumbrados para garantizar la ampliación drástica de camas , respiradores, unidades de cuidado intensivo, el desarrollo ampliado y efectivo de pruebas de detección, la provisión impecable de toda clase de insumos médicos, el funcionamiento perfecto de toda la cadena de suministro de alimentos, bienes de primera necesidad y el control impecable del orden público; terminaremos en el peor de los mundos: con un aislamiento eterno cuyas consecuencias económicas serán insospechadas, con una de las tasas de mortalidad más altas del mundo, en el marco de situaciones de escasez, hambre y descontrol social. 

Por lo tanto, por nuestra libertad y supervivencia, vale la pena exigirles resultados diferentes, rigurosidad extrema, abandono completo del populismo y la politiquería habitual, para que se dediquen puntualmente a hacer la labor para la cual los contratamos. Por supuesto, midámoslos con los indicadores correctos y bajo ninguna circunstancia, aceptemos las excusas de siempre: lo que necesitamos como sociedad es una entrega de bienes y servicios absolutamente eficaz y eficiente que garantice menos muertos y caos que en cualquier otro país del mundo, posteriormente requeriremos la reactivación responsable y sería de la economía de manera que recuperemos rápidamente todo el bienestar perdido durante esta época aciaga. 

No perdamos de vista que como nunca antes, nuestro futuro depende de la efectividad gubernamental y que no podemos esperar lograr resultados diferentes, actuando de la misma forma en que siempre lo hemos hecho. 


8 comentarios:

  1. Armando, es francamente inconcebible que los recursos y ayudas sigan siendo utilizados para hacer política, o se ejecuten siguiendo las mismas mañas de siempre.

    Entiendo que todos estos recursos deban ser utilizados siguiendo los lineamientos consignados en la ley de contratación pública, y desde luego, no hay discusión en torno a expeditar los procesos de compras a través de licitaciones express, ya que no hay tiempo para perder.

    Sin embargo, como ya lo empieza a señalar la evidencia, la contratación a dedo va a facilitar la malversación de fondos. Si estamos en momentos de tomar decisiones extremas para enfrentar situaciones extremas, ¿no sería pertinente buscar la expedición de un decreto presidencial que modifique transitoriamente la forma como se licita y se realiza compra y entrega de todos estos bienes de primera necesidad?

    ¿Tiene sentido seguir canalizando los recursos a través de las mismas venas rotas de siempre? Me parece que no, y menos en estas circunstancias extremas. No sé si sea muy descabellado pedirle apoyo a las OIGs, ONGs que tengan probada experiencia y trayectoria movilizando y ejecutando recursos.

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  2. Muy buena y oportuna tu reflexión. La primera parte no puede ser más acertada y realista, ese mal necesario cobra importancia en momentos como estos que estamos padeciendo, ojalá esos gobernantes asuman con grandeza su protagonismo del cual dependen la vida, la salud y la supervivencia de todos. Gracias

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  3. De acuerdo, la corrupción rampante no puede ser más desesperanzado, el panorama no puede ser más desolador y no se avisora en el gobierno, el liderazgo que se requiere para enfrentar esta crisis, empezando por el abandono y desamparado de nuestros profesionales de la salud que se encuentran en la primera línea de batalla, es verdaderamente lamentable, que para su protección, nuestros profesionales apelan a la improvisavisación de trajes quirúrgicos con básicos impermeables que elaboran de forma rústica, es una total VERGÜENZA.... y el gobierno, bien gracias.

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  4. Es una triste pero buena oportunidad para reflexionar sobre lo que puede y debe hacerse mejor en la administración pública. En retrospectiva podemos afirmar que se han tomado malas decisiones, que ha faltado voluntad política y presión ciudadana para poner fin a la crisis estructural del sistema de salud. Nos hemos acostumbrado a vivir mal con lo que "buenamente" pueda soportar el sistema de salud.
    Y los órganos de control, garantes de buena administración, deberían poner su mirada en la evaluación de políticas públicas de largo aliento. Ahí tienen como referencia concreta los Objetivos de Desarrollo Sostenible - Agenda 2030, los cuales, hoy más que nunca, nos retan a que sean tomados en cuenta en serio.

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  5. Bien dicho Armando, pero lo que estás pidiendo no es sólo 'magistral' sino milagroso: yo no apostaría mis esperanzas por ese lado ... ¿Qué hacer entonces? Por mi lado, continuar ayudando a acelerar el cambio que la tecnología Crypto y blockchain viene ofreciendo al funcionamiento económico y financiero de la sociedad desde hace 11 años, los cambios políticos vendrán por añadidura :)

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  6. Armando me pareció muy buen análisis tanto de las políticas de gobierno como la realidad de las políticas de salud, como ciudadanos estamos atados las manos con esta pandemia y confiamos y dependemos que las políticas de gobierno sean las más adecuadas y las más sinceras gracias por su aporte Armando.

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  7. Buenos días Armando: Creo que deberíamos preguntarnos cómo podemos actuar para que la efectividad gubernamental se de tal como la planteas, dónde debemos actuar, qué tarea debemos realizar. No solo es que nuestras tareas las hagamos dentro de ese marco. Se que estas preguntas son complicadas pero creo que ahí es donde debemos reflexionar y actuar.

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  8. Buenas tardes, me parece el enfoque correcto pensar que sea el Estado y Gobierno el que nos deba salvar en medio de estas crisis por medio de politicas y recursos definidos, pero por que no deternerse un momento y pensar que nosotros como individuos tambien tenemos la oportnidad del cambio, no esperemos que todo vuelva a la normalidad porque sencillamente no aprendimos nada, debemos volver con una versión mejorada y evolucionada como seres humanos frente a los pares y el mundo que nos rodea.

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