Recorrer el país es un ejercicio hermoso que nos recuerda a los colombianos el privilegio que tenemos al poder gozar de paisajes increíbles e interactuar con personas maravillosas, no obstante, también es un duro recordatorio de los problemas asociados a la capacidad del Estado para proporcionarnos bienes y servicios públicos de alta calidad. En el entretanto de un largo proceso andariego que me ha permitido conocer realidades maravillosas, me he enfrentado a carreteras regionales repletas de huecos, que conducen a poblaciones con infraestructuras ajenas a cualquier tipo de mantenimiento, he tenido la posibilidad de transitar por regiones en las que priman patrones negativos como la destrucción ambiental y la violencia soterrada.
No obstante, a pesar de que existen tan evidentes y sentidas necesidades, en todos estos lugares me he topado con ciclo rutas que emulan a las de la capital, notablemente costosas, por las que no circula ni una sola alma; con señalizaciones innecesarias, en carreteras por las que pasa un vehículo de vez en cuando; con tramos pavimentados increíblemente cortos, sobre carreteras veredales, cuyo diseño técnico no parece tener explicación alguna; con decoraciones navideñas que ostentan motivos extraños, cuyo costo supone un ojo de la cara de los humildes contribuyentes…en fin, con diferentes representaciones de gastos que nadie necesita, pero que seguramente les permiten a los mandatarios locales sacar tajadas jugosas para su propio provecho. Tan generalizado es el fenómeno, que no se puede decir que exista un solo municipio colombiano mantenido como “una tacita de té”.
Si ésta es la situación que reina en lo relacionado con bienes públicos tangibles, ¿qué pasará con aquellos difíciles de advertir a simple vista? Los que conocemos los territorios sabemos lo irrisorio que resulta pensar en que los culpables de un robo sean capturados y condenados gracias a las gestiones de la autoridad en una pequeña población colombiana, tenemos claro que si necesitamos buena atención en salud, debemos desplazarnos a las ciudades y sabemos a ciencia cierta, que lo mejor para vivir una vida tranquila es “comer callado y no meterse con nadie” pues literalmente en los pequeños municipios colombianos “no hay quien nos proteja”.
Lo que parece extraño de todo esto, no es la existencia de estos inconvenientes, se trata sin duda de una condición endémica inherente a las sociedades de países como el nuestro. Lo curioso del caso, es que la gente piense que como estamos, estamos bien, que la estructura del Estado y de los mecanismos de gobernanza en los territorios, son pertinentes y que a pesar de todos estos inconvenientes, no hay manera de hacer que nuestra realidad sea diferente.
Mi sentir, es que toda esta confusión se ha generado fundamentalmente porque creemos que vivimos en un país pobre que no tiene recursos para solucionar todos estos problemas. Sin embargo, quienes conocemos el aparato estatal, sabemos perfectamente que esta afirmación es completamente falsa, en realidad, el erario con que cuenta El Estado es más que suficiente para satisfacer nuestras necesidades en materia de bienes y servicios.
El problema de fondo, es que esta gran masa de dinero entra a un aparataje desordenado y complejo, que la consume desesperadamente en el marco de vericuetos organizacionales arcaicos, de los cuales parecemos sentirnos muy orgullosos. A veces damos la impresión de que estamos dispuestos a convivir con este karma, siempre y cuando logremos aislarlo de nuestra actividad privada. Lo curioso de todo esto, es que cuando la provisión de bienes y servicios públicos no es eficaz, se necesitan más impuestos para mantener el aparato estatal y además se precarizan las bases más fundamentales para una sólida actividad privada.
El resultado, es que comparativamente con otros países, podemos tener las mismas capacidades, el mismo conocimiento e incluso, la misma tecnología; sin embargo, la precariedad del entorno nos hace menos productivos, mientras la necesidad de que transfiramos más y más impuestos al aparato público, nos deja con menos recursos para invertir en nuevas máquinas, capacitación para nuestros empleados, mejores salarios, investigación y desarrollo para innovar en la industria etc.
Si queremos incursionar en la ardua senda de solucionar este embrollo en el que estamos metidos, lo primero que debemos hacer es cambiar drásticamente nuestra manera de entender lo público. Cada uno de nosotros tiene que quitarse de encima preceptos que nos conducen a frases como “lo público es diferente” , “hay que entender la lógica de lo público”, “es necesario ser flexible en lo público”; todas ellas no son más que la manifestación de anuencia hacia las prácticas que tienen hundidas en el caos a nuestras organizaciones públicas. Lo segundo es empezar a exigirle a lo público un funcionamiento perfecto en todo el sentido de la palabra, ser implacables en demandar celeridad, productividad, pertinencia, buen servicio y en general todos los atributos asociados a bienes y servicios de altísima calidad etc. Lo tercero es exigir una separación drástica e irreconciliable entre la gerencia pública y el clientelismo disfrazado, los gerentes de las organizaciones públicas deben llegar a dirigirlas por mérito, después de haber surtido procesos de aprendizaje necesarios al interior de ellas, además deben liderarlas durante largos periodos de tiempo gracias a que su proceso de selección, ha sido lo suficientemente cuidadoso como para constituirse en garantía de buenos resultados. No tiene sentido seguir con la dinámica de poner nuestras entidades en manos de alfiles inexpertos que se quitan y ponen cada vez que es necesario concretar un resultado político. Lo cuarto es garantizar una operación de las organizaciones públicas totalmente estandarizada y sistematizada, que reduzca a su mínima expresión la discrecionalidad actual, que exacerba el velo oscuro sobre el cual yace la corrupción. Lo quinto es concebir organizaciones públicas basadas en la agilidad y la transparencia, con procesos fundamentados en la tecnología, la simplicidad, la velocidad y la satisfacción completa de los ciudadanos.
Toda esta ruptura irreconciliable de paradigma, puede resumirse, en cambiar drásticamente la percepción de que lo público, por su condición, debe funcionar mal; en desvincular el diseño del Estado de la jurisprudencia, cuyos desaciertos bien representados en la complejidad y la inoperancia de La Justicia, ha logrado extender a las demás ramas del poder público; y en darle la potestad del diseño de lo público a una nueva área del conocimiento denominada “Ingeniería Pública”, cuya obsesión será garantizar que las organizaciones públicas funcionen mejor que cualquiera de las empresas privadas que en la actualidad admiramos
Armando, interesante tema y aunque parezca muy general y casi intangible, mucho de esto tiene que ver con la cultura de los colombianos. Un alto porcentaje del mal funcionamiento del Estado tiene que ver con los políticos, de acuerdo, pero igual con la percepción de la población sobre lo público, sobre el Estado y va desde la persona más humilde y menos educada hasta los empresarios privados que cooptan y captan al funcionario público y le ofrecen dádivas para quedarse con los jugosos contratos estatales. Es un tema de cultura, sociedad, respeto, transparencia, ética y moral.
ResponderEliminarRodolfo mil gracias por la anotación. Acabo de responderte derte eb otro comentario.
EliminarRodolfo, mil gracias por tu pertinente comentario, sin duda, un elemento crucial es la cultura, sin embargo el tranfondo de todo, tiene que ver con que tanto la cultura como el sistema politico, como un todo, pueden rediseñarse para mejorar.
ResponderEliminarEn Colombia existe un problema muy grande, el pensar en sí mismo envés de pensar en comunidad para lograr llegar a construir un país con un mejor futuro. Esto se ve reflejado en la absurda corrupción de los funcionarios públicos en la que Colombia pierde cerca de $50 billones al año por desfalcos en grandes contratos. Aunque haya penas severas para estas conductas, más del 50% de los corruptos condenados no pagan ni un solo día de cárcel o simplemente les dan casa por cárcel para que vivan en su lujosa casa construida con plata de todos los colombianos. Parte de la solución está en la educación y formación de ciudadanos éticos y morales que no sean tan propensos a cometer delitos. La política dejó de interesarle a las personas más educadas del país debido a sus largas horas trabajo que no se ven reflejadas en los salarios del sector público, por ende, el país queda en las manos de personas que no están bien capacitadas para liderarlo y que prima el interés particular por encima del general.
ResponderEliminarAfortunadamente para hacernos sentir mejor, nuestros vecinos tales como Brasil, Venezuela, Bolivia o Perú están igual o más infestados por ese gran problema que genera la corrupción lo que nos lleva a pensar que no es un problema solo de la mentalidad colombiana sino también sudamericana.
Juan Fernando, complicado decir que los corruptos son solo los funcionarios públicos, los contratistas (naturales o jurídicos) que contratan con el Estado son más o peores de corruptos. Ahora bien, recuerde que el servicio público no es para enriquecerse, es para prestar un servicio a la sociedad. Al sector público no se va a ganar dinero, para eso está el sector privado, por eso, cuando llegan personajes del sector privado al público, la cultura y la mente se corroen y entra la corrupción como pedro por su casa, pero no asuma que quienes seguimos pensando en el servicio público no están bien capacitadas ni tienen buena formación académica.
ResponderEliminarRodolfo Cano
Lamentablemente, La corrupción es un fenómeno inherente a la política colombiana, que no se ha logrado y en mi opinión no se ha querido mitigar efectivamente por los mismos actores que llegan a dirigir el rumbo del país desde cargos públicos y entidades administrativas. Las prácticas de corrupción y clientelistas se ha vuelto común en el accionar de los políticos de turno, y se evidencian en el desfalco del erario -con el fin de recuperar todo el dinero invertido que gastaron en sus campañas políticas-, asignación de cargos públicos a dedo, tráfico de influencias, entre otras. Que han deteriorado la imagen de la esfera pública hasta el punto de crear un imaginario de deslegitimación total en la ciudadanía colombiana.
ResponderEliminarSiguiendo con lo anterior, casos recientes como el carrusel de contratación en Bogotá en la administración de Samuel Moreno, Agro ingreso Seguro, el escándalo de Saludcoop, los multimillonarios costos de Reficar, InterBolsa, entre otros. Solo muestran la deficiencia y corrupción en la que se encuentra el aparato estatal colombiano, que sin duda alguna necesita una restructuración profunda para redirigirlos a la eficiencia y productividad. Además, es por lo anterior que las personas ya no creen en los políticos y son apáticas a la política. Ya que, la ciudadanía no ha encontrado vías efectivas para presionar por soluciones reales a los problemas que rodean a la corrupción, es por esto, que la percepción generalizada es que la acción a denunciar estos hechos son inútiles, debido a que en muy pocos casos dichas denuncias causan consecuencias a los implicados que incurren en actos corruptos.
Ahora bien, respecto a una posible solución en la gestión pública de la nación, se debe proporcionar mecanismos efectivos, para tomar en cuenta las distintas denuncias de las personas en torno a la calidad y el servicio que están brindando las entidades públicas. Además, concuerdo totalmente con el profesor Armando Ardila, en que debe incentivar y promover una separación urgente de la gerencia publica y el clientelismo, con el objetivo de blindar a estas entidades de personas que no brinden la experticia y administración necesaria que requieren estos cargos administrativos y gerenciales. Como también en que se debe establecer concursos de selección y merito para garantizar la calidad del servicio y productividad contando con procesos transparentes y sistematizados.
Sin embargo, lo anterior es todo un desafío para Colombia dado que el sistema político colombiano es inherente a las prácticas de corrupción y clientelismo. Lo anterior, se podrá cambiar cuando la ciudadanía esté dispuesta a elegir a políticos distintos que combatan estas prácticas y propongan cambios estructurales para mitigarlas. En mi opinión, lo anterior no se va a lograr en este gobierno, ya que el próximo presidente va a ser Ivan Duque y no representa el cambio estructural que necesita Colombia en estos momentos.
Jorge Camilo Salazar
Especialización Evaluación y Desarrollo de Proyectos
Universidad del Rosario
La sociedad colombiana se ha caracterizado por enfocarse más en la crítica, que en en la construcción. Tomando este espacio de opinión, como una oportunidad para proponer soluciones para edificar nuestra sociedad, a continuación introduzco algunas ideas y doy mi opinión sobre las presentadas:
ResponderEliminar1. El Gobierno debe actuar con independencia
Teniendo en cuenta lo expuesto acerca de la financiación de las campañas, el recibir dinero para llevar a cabo actividades en un proceso electoral, genera influencia en las decisiones y políticas de Gobierno presentadas, puesto que de alguna manera se origina compromiso para favorecer al gremio, sector u organización que apoyo la campaña. La independencia del Gobierno debe asegurar que prevalezcan los intereses generales sobre los particulares y de esta manera que sus decisiones y acciones sean justas, equitativas e integrales. Por lo anterior, las campañas no se deben recibir aportes.
2. Acceso a Educación
Es frustrante saber que las personas con bajos recursos económicos, no pueden brindar a sus hijos las mismas herramientas que una persona en una mejor situación, puesto que acceder a educación de calidad es costoso. Esta situación genera más desigualdad puesto que el desarrollo de un niño está dependiendo de la situación económica actual de los padres y no del adecuado desarrollo de sus habilidades.
Acceder a educación de calidad es un derecho y no un lujo. Un Gobierno que se enfoca en el desarrollo, prioriza la educación, asegurando el acceso y la calidad en el proceso educativo. Para esto se debe garantizar que los maestros tengan la formación y habilidades necesarias para participar en el proceso de formación y que se cuenten con las instalaciones y herramientas requeridas para desarrollar de forma apropiada su función.
Por otro lado, es importante generar una conciencia a las personas, de la necesidad de reestablecer los valores que edifican la sociedad, valores que nos van a permitir cambiar el rumbo disperso y confuso, que limita nuestro crecimiento como país.
Adicional considero que se debe incentivar el estudio de carreras que sean demandadas en el mercado, así poder garantizar el acceso al mercado laboral.
3. Los funcionarios públicos deben responder con su patrimonio
Hemos observado que existen deficiencias en la administración de los recursos públicos, estos son malversados y no existen acciones que permitan una adecuada recuperación, por lo tanto, los funcionarios públicos deben respaldar el manejo de estos, teniendo como garantía su patrimonio, y de esta manera en caso de identificar situaciones de fraude o mal manejo, el Gobierno aplique la potestad que tiene de tomar sus recursos para reponer el detrimento patrimonial del estado.
4. Asegurar la justicia
Este punto incluye dos asuntos de atención, el primero consiste en consolidar un sistema judicial que sea justo y objetivo, de tal manera que las personas que cometen faltas sean juzgadas y sentenciadas apropiadamente y que en el cumplimiento de la sentencia, sean requeridos en la ejecución de diversas labores que aporten al desarrollo del país.
5. Cuidado ambiental
Vivimos en un país con gran diversidad y riqueza ambiental, tenemos ecosistemas únicos que nos diferencian a nivel mundial, promover políticas de conservación y cuidado del medio ambiente y de los recursos naturales, aprovecharlos y explotarlos con responsabilidad, asegurar la supervivencia y desarrollo a futuro.
6. Acceso gratis y de Calidad a al servicio de Salud
La salud se debería considerar como un derecho y por lo tanto se debería garantizar a su acceso gratuito y de calidad.
Sara Pérez
Especialización Evaluación y Desarrollo de Proyectos
Universidad del Rosario
El des abandono, la decadencia y la falta de mantenimiento en la infraestructura pública como lo menciona el profesor Armando Ardila, es la muestra que evidencia la inoperatividad profunda e ineficiencia en la que sumida el aparato público. Estoy de acuerdo con que los malos resultados que muestran las administraciones políticas, en parte son culpa de la ignorancia o desentendimiento de la sociedad al no comprender la responsabilidad que tiene del elegir apropiadamente a sus representantes. Pues está este constructo colectivo de las personas en el que está bien y no importa quien mande, siempre y cuando yo me pueda beneficiar de él, desconociendo que lo que prima es el bien común. Particularmente consciente o inconscientemente los políticos explotan esta realidad, en donde buena parte de la sociedad no ha tenido la oportunidad de ser educada bajo los valores que fomenten la construcción de mentalidades críticas a su realidad, que no sean fácilmente manipulables y persuasible.
ResponderEliminarLas propuestas mencionadas anteriormente en el artículo, si bien considero pueden resultar siendo adecuadas ante esta problemática, creo que necesitan del insumo de la educación, que es previo y necesario para que se dé la posibilidad a que se den dichos cambios. Creo firmemente que en la educación esta el instrumento que romperá los paradigmas en los que se cuenta los ciclos continuos de las malas políticas. Este instrumento tiene el potencial de que cada vez mas personas comunes y corrientes se hagan con mayor frecuencia el tipo de preguntas como las que fomenta este artículo. Que, en consecuencia, creen una creciente critica colectiva hacia los instrumentos e instituciones públicas, que sea el motor que permita dar ese primer cambio. Porque si bien mucho se ha hablado en diferentes ocasiones, sobre que lo necesario para corregir todo aquello que se debe mejorar y cambiar, es preciso entender primero como podemos inducir las condiciones para que eso se dé.
Sin embargo, mientras ese día llega, ya bien sea porque efectivamente la educación en nuestro país mejora, o porque la tecnología logre cerrar esas brechas, victorias como la lograda por la reciente consulta anticorrupción, considero que también ayudan a generar el despertar de esa conciencia de lo colectivo.
Germán Andrés Pérez Marín
microeconomia
Especialización Evaluación y Desarrollo de Proyectos
Universidad del Rosario
Armando, tu opinión ante la situación actual y el manejo de lo público es muy cierto, gran parte de esta situación se da no solo por el inadecuado manejo de los recursos sino también por la percepción que tenemos los ciudadanos frente a esto.
ResponderEliminarNo obstante, considero que para tener un buen manejo del estado y por ende de las instituciones públicas, es necesario ver todas las interacciones y procesos que los componen de forma holística, como un todo, es dejar de ver las instituciones públicas por separado, es ver las complejidades del estado colombiano de forma conjunta. Desde mi parecer una de las causas y complejidades que generan este mal funcionamiento es la cultura y la población del estado colombiano.
Afirmar este tipo de cosas es quizá una fuerte crítica a cada uno de nosotros, pero es necesario, ya que en realidad siempre estamos dispuestos a criticar o como muchos dicen obtener “la tajada”, pero, ¿cuántas veces hemos estado dispuestos a actuar de forma correcta?, posiblemente pocas han sido las veces o son muy pocos los ciudadanos que actúan de esta manera, es decir que en su mayoría siempre existe la disposición de obtener más sin importar los demás.
Por lo tanto, para que exista un cambio importante y estructural en el Estado y su funcionamiento, es necesario generar procesos de cultura, entender que un adecuado manejo de los recursos permitirá un desarrollo al país y por ende a su población, al verlo de esta manera entendemos que estamos en una sociedad compleja, cambiar esto quizá para la mayoría es una utopía, pero si empezamos por tener funcionarios, empresarios, clientes, usuarios y familias correctas estoy segura que existiría un cambio, sin embargo, tal como afirme en el inicio es necesario analizar el funcionamiento del estado de forma integral, la cultura es solo parte y quizá de las más importantes, pero las interacciones de esto con la estructuración de las entidades, el manejo de las políticas y el control de los recursos es la base para evolucionar y generar un cambio. También es necesario ver la realidad y la situación actual, por lo que aplicar nuevas tendencias o tecnologías para entender estas interacciones y mejorarlas es un gran reto, pero quizá una solución, por ejemplo, tal como tú planteas en otra publicación la aplicación de redes organizaciones en el sector público en conjunto de herramientas tecnológicas, este tipo de instrumentos permiten mejorar las interacciones entre todas las partes y por ende impulsar una cultura enfocada a la protección de los recursos y al desarrollo del país.
Tatiana Villa
Microeconomia aplicada a proyectos
Respecto a tu publicación me atrevería a afirmar que en un país como Colombia donde los niveles de corrupción, injusticia e inequidad son tan altos es difícil pensar que el Estado funcione como un relojito, aunque sí debería ser así, de hecho es función inherente de este, prestar ciertos servicios básicos como lo son la educación, salud, transporte público, servicios públicos etc. Los cuales no solo deberían ser gratuitos si no por supuesto de calidad, cabe decir que suena un poco utópico que esto pueda pasar en un país en vía de desarrollo como Colombia, y teniendo en cuenta lo que tu afirmas “que la gente piense que como estamos, estamos bien .., no hay manera de hacer que nuestra realidad sea diferente”, mucha gente lo dirá por las razones que expones de que piensan que somos un país pobre, lo cual como lo afirmas no es cierto ya que por nuestra posición geográfica tenemos el privilegio de poder cosechar cientos de alimentos y demás bienes que podemos exportar, y por otro lado es un país muy turismo.
ResponderEliminarConsidero que el gran motivo por el cual la gente piensa como piensa es la falta de educación lo cual hace que la gente se sienta conforme con lo que tiene y no se preocupe por que las cosas sean diferentes y estos los lleva a que no quieran tomar parte de la situación y quieran que esta cambie esto se ve reflejado hoy en día, donde no salen a votar, las urnas se ven vacías y mucha de esta poca gente que sale no sabe realmente lo que los candidatos proponen simplemente se dejan llevar por la propaganda política de los mimos
Por otro lado, en una parte dices que podemos tener las mismas capacidades, el mismo conocimiento e incluso la misma tecnología que otros países, lo cual no sé hasta qué punto sea cierto ya que aunque muchas personas tengan muchas capacidades probablemente no las puedan explotar lo cual hace que realmente no sean las mismas capacidades que tiene otra gente, por el mismo hecho que el Estado no brinda educación y muchas de las personas que logran poder estudiar lo hacen en colegios que no preparan bien a los alumnos.
Sin embargo, a diferencia de lo que tu consideras, considero que es fundamental aportar con impuestos. No podemos esperar tener educación, salud, transporte y servicios básicos gratis como lo mencione anteriormente si no es a través de estos. El problema es que estos impuestos que se recogen no se están usando para lo que se debería.
Para terminar, desde mi propia perspectiva al trabajar en una entidad pública, puedo observar que hay mucho que mejorar, se necesita un mayor control por partes de los entes de control en todas las entidades públicas ya que se presenta un alto gasto del presupuesto público en sueldos que se les pagan a los contratistas sin que estos realmente estén trabajando por el país, gastos en viáticos y comisiones que no se necesita, y esto debido a que los funcionarios o servidores no piensan en la austeridad del gasto, un clientelismo que no permite que las entidades funcionen de la manera que deberían y claro esta los altos cargos públicos que permite que la gente se robe cientos de millones de pesos y no pase nada sencillamente en algunos casos se abre el caso y al final se termina cerrando por diferentes motivos sin que haya destitución de cargos, penalización o algo simplemente se va al olvido . por este y cientos de motivos más la injusticia sigue y por lo que le espera al país en prontas elecciones no va a cambiar
Alexandra Flórez Rodriguez
Especialización Evaluación y desarrollo de proyectos
Universidad del rosario
Armando, apoyo totalmente tu punto de vista. Es evidente como la ausencia del Estado refleja la situación precaria en la que vivimos, y como tu dices no precisamente porque no hayan recursos, si no porque algunos funcionarios tratan de sacar “tajadas jugosas para su propio provecho”, de aquí que seamos menos productivos como país, así tengamos las mismas capacidades, el mismo conocimiento e incluso, la misma tecnología. De otra manera, considero que el gobierno debería fomentar los cargos públicos para que las personas mas estudiadas del país se vean interesadas en ellos, y no solo un incentivo de mayor conocimiento si no un incentivo económico, es decir que una persona estudiada que trabaja en el sector privado se incentive por trabajar por el bienestar publico y no propio. No tiene sentido como tu dices seguir poniendo en el poder personas inexpertas que se quitan y se ponen cada vez que se desea concretar algo. Finalmente, es una cuestión de cultura, ética y transparencia, que viene desde toda la población colombiana.
ResponderEliminarNatalia Tapias.
Cesa, S4.
Armando, me encuentro totalmente de acuerdo con lo que planteas en este artículo. Hoy en día hemos demostrado que contamos con todo lo necesario para poder mejorar nuestra productividad, pero nos encontramos teniendo un pequeño ciclo tóxico que es como una bola de nieve que cada vez va siendo peor, puesto que hay mucha corrupción de por medio, se comienzan los proyectos y no acaban, o cuando si acaban la mayoría de veces hubo robos en el proceso, y eso al final de cuenta hace que progresemos menos, que el presupuesto fiscal se vaya acabando, consiguiendo menos (Bienes y Servicios) obligando al Estado a que tenga que recolectar más tributos para poder tener mayor capacidad de "ofrecernos" todos los bienes y servicios que necesitamos y esto mismo lleva a que seamos más incompetentes y lleva al estancamiento. Lo más importante aquí es cambiar la mentalidad del Colombiano, exigir el cumplimiento de todos los proyectos, exigir resultados, no pensar que como estamos , estamos bien y que podríamos estar peor, al contrario, siempre podríamos estar mejor-
ResponderEliminarNatalia Paola Viñas Guerrero
Cesa, Sesión 4