lunes, 29 de abril de 2019

Las externalidades de la corrupción pública




Mucho se ha oído hablar de la corrupción pública pero poco se dice de los costos no evidentes de este fenómeno sobre la sociedad, por lo tanto vale la pena dedicar unos minutos a analizar sus implicaciones.

En economía se habla de externalidades, en referencia comúnmente a los efectos no compensados de una actividad de carácter privado sobre el resto de la sociedad. En caso de que la incidencia sea negativa, hablamos de costos o reducciones de bienestar y si la incidencia es positiva, hablamos de beneficios o mejoras de bienestar. En la primera situación, se afirma que quien desarrolla una actividad privada con el objetivo de mejorar su propio bienestar, le está transfiriendo costos o está mermando la felicidad de otras personas que tienen poco o nada que ver en el asunto, mientras en la segunda, le está externalizando beneficios o está mejorando la felicidad de otras personas ajenas al proyecto particular de este individuo.

El problema de las externalidades en economía es bien conocido, en general antes de emprender cualquier actividad que busca beneficios privados, los individuos, consciente o inconscientemente, desarrollan un análisis beneficio-costo dirigido a identificar los costos potenciales en que incurrirán y los beneficios que recibirán en contraprestación. Si la resta es positiva, lo más seguro es que decidan adelantar la actividad, si es negativa la evitarán. Así las cosas, cuando los costos de una actividad son asumidos por alguien más, son externalizados o sacados de la ecuación, es más probable que las personas decidan emprender una actividad que reduce de forma importante el bienestar del resto. Tal vez convenga describir un ejemplo para aclarar un poco más el concepto:

Cuando un vecino ruidoso, en un edificio de apartamentos, pretende adelantar una fiesta, durante el proceso de análisis beneficio-costo, considerará los costos del licor y los pasabocas que posiblemente se consumirán, el costo por hora de la música en vivo que animará la fiesta y potencialmente, la reposición de uno que otro implemento casero que sea destruido cuando sus comensales empiecen a elevar los niveles de alcohol en la sangre, no obstante, durante el proceso de tomar la decisión, no tendrá en cuenta los costos que le transferirá a sus vecinos, quienes con seguridad, estarán inmersos en otras actividades, la mayoría  de las cuales, se verán interrumpidas por la apoteósica fiesta que está a punto de adelantarse. No cabe duda que en el marco de un evento de estas características, quien organiza la fiesta y sus invitados experimentarán una mejora de bienestar sustancial, la cual compararán con los costos de la preparación y que dicha resta arrojará un resultado positivo, por lo que el proyecto de fiesta seguirá su rumbo sin mayores contratiempos. Otra sería la decisión si el vecino ruidoso considerara en su evaluación los costos que transfiere a los demás y que decidiera compensarlos de alguna manera por las incomodidades o que una administración responsable e interesada por el bienestar general de todos los residentes, optara por sancionarlo con una multa suficientemente alta como para compensar el malestar que está a punto de causar, en ese caso posiblemente el beneficio recibido por su escandalosa actividad no será suficiente para compensar tales costos aumentados.

En el caso de una actividad como la corrupción el análisis beneficio-costo privado es relativamente simple: modificando irregularmente, directa o indirectamente, un conjunto de decisiones, el corrupto recibirá montos de recursos públicos que utilizará para mejorar su propio bienestar y el de sus allegados, los costos evidentes en los que incurrirá tendrán que ver con la sumatoria de los montos que debe pagar para salirse con la suya, con el cuestionamiento de su integridad, las sanciones sociales, morales, legales y de toda índole, que deberá asumir por cuenta de tales decisiones. No obstante, ¿qué pasa con los costos no evidentes? ¿Qué pasa con los costos que el corrupto transfiere a los demás, no incluye en su análisis beneficio-costo y por los cuales no nos está compensando al resto de la sociedad? Hagamos un breve análisis de algunos de ellos utilizando en primera instancia un ejemplo, con la esperanza de que el lector extienda sus fundamentos a los demás escenarios públicos, teniendo en cuenta que las dinámicas en infraestructura, son similares a las de salud, educación, etc:

1.       Costos asociados a fallas en la provisión de bienes y servicios públicos: vamos a suponer que un corrupto incide en las decisiones, en lo que tiene que ver con la selección de un proponente que construirá una nueva vía, importante para la competitividad de un país entero. En este caso, son varias las formas en que transfiere costos a la sociedad que no son necesariamente evidentes. En primer instancia, El Estado que debe seleccionarlo diseña todo un show procesal dirigido a hacer más transparentes los mecanismos de selección y de dientes para afuera, intentar frenar la corrupción; esta condición hace que procesos que deberían tardar unos cuantos días terminen durando meses y que el disfrute de la vía con las respectivas implicaciones en materia de mejora en productividad, reducción de tiempos de viaje, reducción de contaminación del aire etc.,  se retrase innecesariamente.  De otro lado, considerando que el corrupto muy probablemente no va a ser el oferente más idóneo técnicamente o de lo contrario no necesitaría utilizar la corrupción como mecanismo para resultar favorecido, la sociedad va a recibir una vía de mala calidad que no va a satisfacer sus necesidades y que seguramente tendrá que reemplazar antes de lo esperado.  Así las cosas, el recibo de los anhelados bienes y servicios públicos por parte de la sociedad, puede tardarse 2 o 3 años más de lo que debería y considerando los costos del reemplazo, pueden costar el doble o el triple de lo que costarían unos de calidad razonable.
2.       Costos asociados a la complejidad y consecuente ineficiencia administrativa: de otro lado, para intentar lidiar con la mala calidad sistemática de los productos públicos entregados y el comportamiento deshonesto de sus servidores, la organización pública que contrata las vías, debe tener en su interior ejércitos de personas encargadas de adelantar cada uno de los dispendiosos pasos necesarios, para llevar a cabo la selección de los oferentes. En sus huestes contará con infinidad de abogados que se dediquen a elaborar términos de referencia y contratos  excesivamente complejos, multitud de contratistas que adelanten los procesos de supervisión e interventoría, hasta el punto de que su tamaño puede terminar siendo 4 veces más grande del que tendría en caso de que la corrupción no existiera. Además, considerando que a pesar del tamaño de estos ejércitos el control no será efectivo, se requerirán sendas instancias externas a la entidad, de magnitudes también especialmente grandes como contralorías, procuradurías, veedurías y otras tantas, que intentarán, de dientes para afuera, reducir la corrupción, también infructuosamente.
3.       Costos asociados al pago de impuestos innecesariamente altos: no es tarea fácil financiar los recursos que desaparecen por cuenta de la corrupción, los sobrecostos de la baja pertinencia y calidad de los productos y de un aparato público innecesariamente grande. Lograrlo requerirá un flujo de ingresos fiscales suficiente, para mantener un ecosistema criminal de estas características. En contraste, en países sin corrupción, con la mitad de los recursos se podría entregar el doble o el triple de bienes y servicios públicos. Así las cosas, las implicaciones para la sociedad de tener altos niveles de corrupción, están relacionados con tener que pagar una tasa impositiva que puede ser el doble o el triple de la que pagaría si no existiera este flagelo. En este sentido, si pensamos en que los impuestos son una forma de apropiarse de parte del ingreso de las personas, que lo que gana cada uno procede de horas de trabajo cuya remuneración es usada para comprar bienes y servicios que proporcionan bienestar; la corrupción se apropia de horas de trabajo de las personas y reduce su capacidad para adquirir bienes y servicios que con seguridad mejorarían su felicidad. Eso sin mencionar que eleva los precios de los productos que dicha sociedad produce, haciéndolos menos competitivos en el panorama internacional y por lo tanto, más difíciles de vender en mercados globales, reduciendo en conjunto el ingreso total de la economía y por lo tanto su capacidad agregada para proporcionarse bienestar.
4.       Costos asociados a la conformación de delincuencia organizada pública: con el ánimo de intentar controlar entornos tan complejos como los mencionados y de garantizar en el tiempo la sostenibilidad del lucrativo negocio, los corruptos intentarán ubicar en posiciones claves a sus fichas, por lo tanto, incidirán en procesos de elección popular y nominación pública, para garantizar en el legislativo,  actores capaces de definir normas que de dientes para afuera, satisfagan a la opinión pública, pero de dientes para adentro, faciliten su accionar; en el ejecutivo actores que tomen las decisiones más convenientes para sus propios intereses, aun en contravía del bienestar de la sociedad y en la rama judicial peones que tengan la potestad de incidir durante los procesos sancionatorios, de manera que los costos dentro de su ecuación personal, resulten ser lo suficientemente pequeños como para garantizar un análisis beneficio-costo positivo.  En este caso, el resultado para la sociedad no es otro, que contar con un conjunto de normas y decisiones que la perjudican en vez de beneficiarla y un esquema de justicia completamente desigual, que trata a las personas de forma totalmente inequitativa asignándoles diferente peso en la balanza.  
5.       Costos asociados a desigualdad social y violencia: una de las formas más claras y expeditas para reducir la desigualdad, es entregando bienes y servicios públicos de alta calidad a las clases menos favorecidas, que les permitan equipararse con las que están en mejor condición, sin duda, en primer lugar, es necesaria la reducción de la iniquidad en materia de justicia. Bajo las condiciones mencionadas en los anteriores numerales, en un entorno corrupto no es posible por definición materializar ni lo uno ni lo otro, así las cosas, la corrupción extiende indefinidamente la existencia de sociedades desiguales e injustas, con evidentes conflictos de intereses entre El Estado y los ciudadanos. Mientras el primero concentra su actuación en decisiones que benefician a los pequeños grupos dominantes, los segundos incrementan su nivel de frustración en un entorno en el que no gobierna la ley, con el consecuente surgimiento de multitud de fenómenos de violencia.  Por lo tanto, las consecuencias para la sociedad no son otras que polarización y muerte. Finalmente, para intentar controlar estos fenómenos, será necesario hacer gastos mucho más altos de seguridad y defensa que los que harían Estados en los que no existe la corrupción, con el consabido aumento en los impuestos que conducen a una apropiación aún mayor por parte del Estado, del bienestar de la sociedad y la desviación de recursos de sectores de alta rentabilidad social como educación y salud, a sectores que en principio no deberían existir como los mencionados.

A manera de cierre, vale la pena mencionar, que la sanción por corrupción debería en primera instancia, reconocer una compensación consecuente a la sociedad, por todos los costos que el corrupto le externaliza y que en segunda instancia, si la sanción es lo suficientemente efectiva para que el corrupto deba involucrarla en su  análisis beneficio-costo, seguramente tendríamos mucha menos corrupción pública en nuestras sociedades que la que hoy día tenemos. 



Disponible en audio: https://anchor.fm/armando-ardila/episodes/Las-externalidades-de-la-corrupcin-pblica-e1l4mfo/Las-externalidades-de-la-corrupcin-pblica-a888913

23 comentarios:

  1. Me parece muy importante este tipo de análisis que evidencian la afectación generada por algunos individuos que quieren beneficiarse o sacar provecho de diferentes mecanismos sin importar que estén generando en las demás personas problemáticas que podrían evitarse si se establecen sistemas óptimos de comunicación, compensaciones o rediseñando el planteamiento de la acción para que no genere ningún efecto negativo sobre la sociedad.

    De igual forma la justicia debería implementar mecanismos que generen un mayor castigo a los corruptos que están afectando con sus manejos de manera negativa a la sociedad, retrasando el desarrollo, económico, social, cultural y ambiental.

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  2. Estoy de acuerdo con esta visión de los costos sociales de la corrupción en la función pública y, yendo más allá, se podrían discutir si las ineficiencias provenientes de las entidades privadas tienen un costo que pueda llegar a afectar la sociedad, e incluso, puedan recibir el categórico de “corrupción”.
    Las empresas también pueden generar costos sociales: costos asociados a fallas en los procesos, costos asociados a organizaciones verticales, costos asociados a la selección adversa en recursos humanos y tecnológicos, costos asociados con la colusión, etcétera. Una falla en el engranaje de una compañía puede implicar un efecto de “bola de nieve”, contagiando a otras empresas dentro de su cadena de producción/servicio. Ahora bien, dicha falla puede provenir de episodios de fraude interno, competencia desleal o colusión. Pensemos nada más en los ejemplos del sector financiero: por ineficiencias en la producción de las compañías cementeras y los temores por la importación desde Turquía, llevaron a que las compañías con mayor tamaño y “market share” formaran un cartel, manipulando los precios y quebrando empresas más pequeñas que no pudieron soportar la disminución drástica de ingresos.
    Entonces, ¿será que el “filósofo” Miguel Nule tenía razón? ¿La corrupción es inherente al ser humano? Espero que una generación con mayor conciencia y más escrúpulos pueda encaminar, tanto al sector público como al sector privado, a un mejor destino.

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  3. Yo agregaría otras dos posibles externalidades relacionadas con el impacto negativo reputacional que queda al final de este ejercicio para todas los entes gubernamentales insertos dentro de esta problemática, además, de la falta de proponentes en futuros procesos estatales de contrataciones, siguiendo la lógica de si este proceso ya tiene nombre para que gasto tiempo y recursos en lo que muy seguramente ya tiene ganador.

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  4. Es lamentable el impacto tan fuerte q genera la corrupción en el desarrollo y bienestar de la sociedad, cuando se evalúa un proyecto en la reformulación se tiene en cuenta sea positiva la externalidad un beneficio y si es negativa un costo, desafortunadamente algunos ejecutores de proyectos públicos hacen este ejercicio, la evaluación y la proyeccion del proyecto costo-benericio para el bienestar de sus bolsillos.

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  5. El principal problema es de carácter cultural en la medida que aceptamos y asumimos el costo de la corrupción en la sociedad, el problema mas allá del uso indebido de recursos públicos pasa porque lo vemos como algo natural e inherente a la política, esta imagen distorsionada de la forma en que operan las políticas publicas en el país son lo que impide que nos apropiemos de nuestro rol de ciudadanos que no se limita al nivel de nuestros derechos sino que debe contemplar nuestros deberes al hora de ejercer control sobre la forma como se usa los recursos de todos y de esta manera formar país. Sin embargo no se pueden tomar acciones correctivas si tendemos a normalizar todo este tipo de conductas nocivas.

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  6. La corrupción es gran parte causa de los múltiples problemas sociales, económicos y culturales que tenemos en nuestro país, a pesar de las diversas implicaciones que genera a la sociedad este clase de practicas inadecuadas, no se logra contemplar la gran afectación que produce a la comunidad, es por eso, que deben existir regulaciones y medidas ejemplares que mitiguen o eliminen esta clase de conductas que como bien se menciona en el texto producen altos costos innecesarios.

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  7. Es importante lo que menciona el artículo acerca de la corrupción. Me parece que, en efecto, todo el fenómeno de la corrupción genera efectos negativos para las comunidades y toda la sociedad. Sociológicamente hablando, llama la atención la falta de cohesión social y la propensión al delito como forma de movilidad social vertical. Esto bien podría ser tomado también como una externalidad en el análisis. Maria Teresa Uribe de Hincapié y otros antropólogos que se han dedicado a la revisión de la violencia en Colombia hablan de "umbrales de tolerancia hacia la violencia", como consecuencia a las desigualdades sociales y a la marginalidad en que se encuentran las clases menos favorecidas. En términos marxistas, por ejemplo, se podría hablar que existe una superestructura que media todo de tal manera para la dominación hegemónica en este fenómeno a partir de los intereses individuales de las clases dominantes (dueñas de los medios de producción e incluso del monopolio ilegítimo de la violencia (el paramilitarismo es una consecuencia de ello). Por tanto, con la corrupción se evidencia una propensión hacia el delito como forma de movilidad social ascendente (a veces como la única posible, cuando se trata de las zonas más aisladas del país), que de alguna manera complejiza la cuestión. Se vuelve un incentivo perverso para entrar en esa cadena comportamental.
    Quizá el primer paso será entrar a mediar en la relaciones micro-sociales, en que se fomente desde abajo una forma más arraigada de conciencia colectiva, de manera que lo público sea importante para toda la sociedad y sea importante cuidarlo. Dice María Victoria Uribe que lo más difícil de lograr es un cambio cultural, yo creo que hacia allá debemos actuar si queremos modificar la estructura que nos condena al atraso social y económico.

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  8. La corrupción es un tema del que se habla a diario en todo lado, desde medios de comunicación hasta en aulas de clase, es un tema que culturalmente en Colombia es de una u otra forma aceptado, puesto que creo que es el único país que hace una consulta anti corrupción y gana el NO para implementar algunos planes para atacarla.
    La materialización de la corrupción nos afecta a todos, en donde el beneficio de algunos pocos afecta a todo un país, esta afectación o externalidad negativa no es compensada en casi ninguno de los casos, viéndolo desde dos perspectivas, una es evitarla y la otra castigarla realmente, una posible solución desde estas dos perspectivas es robustecer y hacer cumplir las leyes en donde los corruptos deban pagar y compensar cada una de las externalidades generadas por su acto de corrupción, con ello estarían devolviendo lo “robado” y a su vez otros posibles corruptos lo pensarán para realizar actos de corrupción.
    Igualmente debemos educar y corregir los malos comportamientos de los más jóvenes, todo esto desde el punto de liderar con el ejemplo en don donde observamos que los más pequeños actúan de la forma en que las personas de alrededor actúan, porque una niñez con buenos principios y valores, crea una sociedad de bien.

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  9. Seria magnifico hacer publicas las cifras que pueden generarse de una externalidad negativa hacia la sociedad por parte de los corruptos, así se podría llegar a tener en cuenta la magnitud que debe tener la nacionalización a los corruptos y también hacer caer en cuenta a los que pretenden ser corruptos que estas externalidades generadas por sus acciones, también de cierta manera en algún momento, situación deseada o circunstancia les afectara. Como a modo de ejemplo, supongamos que un corrupto no logra concretar una obra en referente a reconstrucción de alguna Autopista importante del país, donde pueden transitar familiares de ellos e incluso ellos mismos y se efectué algún accidente a causa de la no culminación en el mejoramiento de esta autopista. entonces con este ejemplo se evidencia que de cierta manera a los corruptos también les afecta sus malas acciones.

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  10. Sin duda alguna, la corrupción ha sido un factor importante para el retraso de la evolución de las poblaciones, las personas que practican este tipo de delito no tiene ningún tipo de ética, al contrario solo piensa en su propio beneficio y no en el beneficio colectivo. Al privar a la gente de estos recursos, los beneficios que traen los proyectos que pueden mejorar su calidad de vida se pierden ya que sus necesidades no van a estar satisfechas. Lo triste es que este tipo de personas ocupan puestos importantes y los seguimos eligiendo una y otra vez, mientras que los ciudadanos se esfuerzan trabajando incontables horas para obtener un sueldo el cual utilizará para satisfacer sus necesidades y pagar sus impuestos que se pierden en los bolsillos de los corruptos.
    Esos dineros podrían tener un mejor fin como mejorar la calidad de la educación, invertir en la infraestructura de las ciudades, apoyar a los más desafortunados, mejorar el sistema de salud, mejorar el sistema de transporte, en organizar mejor la ciudad con el fin de que todos se vean beneficiados, pero lastimosamente todos estos recursos se pierden en las arcas de pocos que poco les importa su entorno.

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  11. Muy buen análisis. Para complementar sería interesante ver el caso de las decisiones de política pública como la definición del POT por ejemplo en el caso de Bogotá. Otro caso interesante es el de los eventos deportivos como el Suramericano de Futbol que le adjudicaron en parte a Colombia donde no solo se beneficia la FIFA y la Federación Colombiana de Futbol sino los medios de comunicación que arguyen que se debe hacer basados en su propio bienestar.
    Para la muestra este artículo de Mario Noriega recientemente publicado en la Silla Vacia:
    https://lasillavacia.com/silla-llena/red-cachaca/proposito-del-pot-70938

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  13. En un escenario ideal la sanción social más significativa ante el evidente abuso del poder en casos de corrupción como los que menciona, sería no solamente no elegir nuevamente a estos tipos, sino además, el "vetarlos" públicamente y con toda la firmeza del caso para que jamás ejerzan cualquier tipo de cargo público. Sin embargo, actualmente poseemos serios problemas como sociedad: además de la falta de memoria, del actuar por conveniencia, y de la cultura de "el vivo vive del bobo", nos cuesta trabajo reconocer cuando la estamos embarrando y normalizamos conductas poco éticas que cada día solo empeoran la situación. En la mayoría de casos nosotros participamos activamente de la corrupción, y las externalidades asociadas a esto son lo que menos nos importan, por un puesto en el sector público, por un contratico, incluso a veces por menos, vendemos la conciencia. Actuando de esta manera y siendo conscientes de que está mal, no solo vamos en contra de nuestro propio bienestar sino que también perjudicamos al otro. El día en que entendamos que este país es de todos, que todos pagamos los costos de la corrupción (los que ya bien describe arriba), y que bien o mal, hay que dejar las cosas mejor que como las encontramos (para las futuras generaciones), de pronto nos animemos a ejercer presión para que se visibilice lo grave de esta situación y en un imaginario (tal vez utópico) de un Estado ideal, todos contribuyamos a que esto mejore, para todos.

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  14. Me pareció muy interesante, pero las externalidades no son visibles y fácilmente detectables para la población, ya sea porque no la vemos o algunos hacen caso omiso, en mi caso no entendía muy bien el concepto y el alcance que tenía hasta que me explicaron de forma detallada que era y a quienes afectaba, por tal motivo hoy en día tengo otra visión de las personas que tienen el poder de tomar decisiones en las que afectaran el bienestar de muchas personas de forma directa o indirecta, en donde las sanciones que realizan los funcionarios corruptos no revisan los daños generados a la población, si se revisaran y se aplicaran castigos teniendo en cuenta todo el panorama, las sanciones deberían ser tan altas como la afectación del bienestar de todos. Así cada quien que quiere acometer corrupción lo pensara y revisara sus verdaderos costos-beneficios.

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  15. Dentro del contexto de la ejecución del Estado en su papel de servidor o administrador público, vive en una constante externalidad negativa, toda vez que la ejecución del presupuesto siempre trae consigo una reforma tributaria para el siguiente año con el fin de apalancar las obras que no se cubrieron por los pagos en sobornos, coimas y tráfico de influencias del cual ya deberían ser rubros del presupuesto nacional, porque al parecer, este un mal al cual los gobiernos no quieren enfrentar o simplemente le dedican discursos filosóficos o tardes de tertulia con el fin de diezmar el malestar de la sociedad. Todos y cada uno de los funcionarios públicos o de nuestros líderes políticos con el mismo discurso “no más corrupción, si a la democracia…” o “este el tiempo de la gente…”. Sin embargo, a través de este comentario al blog, no quisiera convertirme en lo mismo, en un comentario filosófico y lleno de buenas de intenciones, yo creo que una cultura de identidad es lo que nos hace falta, una cultura donde prime lo nuestro acompañada de una conducta sensata y transparente en la que cada uno de los ciudadanos de este país empiecen a decir que “NO” a la trampa, al soborno y a esas estructuras que lo que quieren es comerse a este país de cabo a rabo.

    En el momento en que todos pensemos un momento en tratar de generar externalidades positivas por encima del bienestar individual, ese día considero empezaremos a construir una cultura que poco a poco de irradiar en las instituciones del Estado, las cuales día a día desmoronan por tanto escándalo, y es que en este es la sociedad, quien debe abanderar esta cultura, porque hoy nuestro gobierno carece de todo para ejercer este control y que tristeza que hasta el propio gobierno de un país esté generando externalidades negativas por cuenta de una administración a la cual, parece interesarle otras cosas menos la sociedad. Espero que todas las personas que hablan y escriben de este tema, empiecen por hacer más y por cultivar una consciencia de respeto, haber si de esta manera y a través de estos medios empezamos a contagiarnos de tener un mejor país.

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  16. El problema con todos los impactos generados por la corrupción no solo repercute de manera cuantificable al analizarse desde la perspectiva beneficio – costo. La situación, para mi concepto, es mayor porque quizá una de las consecuencias más importantes que deja es de tipo social. Dado que, la corrupción no solo esta marginando la compensación por el mal uso o asignación de recursos que se ven reflejados en las obras o proyectos que no se materializan según las expectativas del entorno para el que se formulan en primera instancia, sino que está afectando negativamente a esa sociedad desde una perspectiva de pensamiento. Es decir, creando unas perspectivas y posiciones de que el bien común no está por encima del particular y que la manera más segura de obtener beneficios o compensaciones a través de un proyecto o programa es manipulando el mismo para que me redite y a mis cercanos, dejando de lado lo que pueda pasar con los demás, influyendo con ello no solo en quienes los reciben de primera mano, también haciéndolo en el camino para las generaciones emergentes y futuras. Por lo que comparto el análisis, y estoy de acuerdo en que el estudio completo desde todos los focos evidenciaría una un valor muy alto por efecto de la corrupción y propiciaría soluciones con mejores resultados para el desarrollo de una sociedad.

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  17. Es preciso primero que todo definir este fenómeno para no confundirlo con otros males que aquejan la sociedad colombiana, pero a grandes rasgos se pueden identifican diferentes tipos de corrupción (administrativos, políticos, mercantiles y judiciales), los cuales cuentan con diferentes particularidades. Por consiguiente, es importante definir un solo concepto de lo que es la corrupción, término que se caracteriza por cuatro aspectos; 1- violación del deber institucional, 2-violaciion del sistema normativo, 3- no todas las acciones son penalmente antijurídicas, 3- siempre se busca un beneficio extra institucional (donde se debe distinguir al incorrupto del corrupto arrepentido), y 4- siempre se busca manejar todo en secreto. Además, se distingue la corrupción por el soborno (que implica tácitamente una contraprestación y una reciprocidad) y extorción (parte de la intimidación), en esta última muchos actores corruptos buscan refugiarse para evitar ser castigados.
    En este sentido, ya definido las cualidades del concepto es claro que, Colombia es un país que ha estado inmerso en un contexto de total corrupción, sin embargo, se debe resaltar la principal herramienta que plantea el gobierno nacional para afrontar dicho fenómeno. El estatuto anticorrupción inicia analizando como estas dinámicas anti demócratas han llevado a que el gobierno sea totalmente ineficiente. Lo cual se ha expresado en la incapacidad estatal para atender las demandas ciudadanas y lo que es más evidente es las falencias económicas que afectan directamente el erario público y consigo el bolsillo de cada uno de los colombianos reduciendo sus bienestar y calidad de vida a partir de las externalidades negativas ya mencionadas en el blog.
    Otra herramienta para hacerle frente a este fenómeno es El CONPES 167 el cual tiene como objetivo presentar herramientas y mecanismos para prevenir, investigar y sancionar la corrupción, de esta manera mejorar el acceso y la cálida de la información pública, por esto en los antecedentes del documento se resalta la creación del programa presidencial de la moralización, así mismo se implementa la carrera administrativa y meritocratica, se mejora la capacidad de los órganos de control.
    En conclusión, se deja en evidencia que la corrupción es un fenómeno complejo que debe ser analizado en todas sus dimensiones, asimismo se debe resaltar que se han hecho esfuerzos por hacerle frente a esta problemática, sin embargo, la falta de voluntad política, la deficiente investigación en el tema, la búsqueda del bienestar individual por parte de los hacedores y ejecutores de políticas publicas entre otras causas que emanan de la gobernabilidad de turno han logrado fortalecer y evolucionar cada vez más esta problemática, haciendo así que todos los proyectos mantengan un margen de riesgos alto frente a este fenómeno supeditando así la formulación y evaluación de cada proyecto de desarrollo a los intereses particulares. Por otra parte, la cultura colombiana inmersa en una apatía e inconformismo pasivo llevan a que no se materialicen procesos de participación y veeduría ciudadana dejando así vía libre para el actuar de los corruptos. Es por ello que se requiere acciones contundentes en el marco de una gobernanza efectiva entre todos los actores que componen la sociedad colombiana, para que las políticas publicas vía proyectos, logren materializar efectivamente sus objetivos en pro del bienestar público, al tiempo que se avanza constantemente en investigación y sanciones mas severas que castiguen toda forma de corrupción.

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  18. De acuerdo con el autor, el artículo menciona una serie de afirmaciones sobre las implicaciones que tienen las conductas corruptas de los servidores públicos con injerencia directa sobre el gasto público, lo cual ha generado “bienestar” o “malestar” de los administrados, dependiendo de las decisiones que se toman en un momento dado. En esencia, son aquellos a quienes se les delega la ordenación del gasto, quienes toman en últimas las decisiones macro en nombre de los gerentes públicos (llámense representantes legales de Entidades del Estado), cuyos resultados inciden en las metas trazadas en un plan de trabajo a mediano y corto plazo, pues su alcance llega hasta el final del período constitucional al cual han llegado por voto popular.
    Es así como, valiéndose de asesores con gran conocimiento de la gestión pública y sus regulaciones, facilitan el camino para construir políticas públicas con los mínimos requisitos que exigen la Ley, y es en ese marco legal donde desarrollan toda la estructura de funcionamiento institucional, para bien o para mal.
    En lo relacionado con la corrupción de esta clase élite, una manera en la que se ha buscado mitigar sus impactos ha sido a través del incremento del número de normas de orden ético con las que se pretende regular el comportamiento humano como parte esencial de la ética ontológica, pero principios básicos como la moralidad, la honestidad, la rectitud, la probidad o la responsabilidad social no se pueden imponen ya que estos pertenecen al fuero interno del individuo, elementos intrínsecos inculcados y enseñados desde la infancia, en el calor de hogar, por lo que, en un escenario de oportunidades para maniobrar recursos públicos en beneficio propio, no contar con este tipo de bases sólidas sale a relucir la calidad de las personas responsables de los procesos, donde se evidencia la intención, el umbral de la subjetividad y el interés que les asiste para tomar una u otra decisión en beneficio o en contra de la sociedad que espera mucho de su servicio.

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  19. Ligia Consuelo Macías Acuña16 de febrero de 2020, 22:22

    Agregaría a la lista de costos, aquellos asociados a la pérdida de la confianza de los ciudadanos en el Estado, sus instituciones y entidades. Esta desconfianza trae como consecuencia el desinterés por lo público y la poca participación, pues los ciudadanos sienten que no vale la pena esforzarse o aportar sus ideas, si estas no tendrán ningún impacto y todo ya está “definido” a favor de unos pocos; así, por ejemplo, las típicas respuestas de quienes no votan en las elecciones son: “para qué, si todos los políticos son corruptos” o “para qué, si ganarán los mismos de siempre”. De esta forma, se ve afectada la democracia y además se desperdician recursos que son de todos, como, por ejemplo, la inversión económica y ambiental en gran cantidad de papelería no utilizada (votos, certificados de votación y otros materiales electorales).

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  20. Daniela Morales Arias

    Si bien es cierto que ya se conocen las fuentes de corrupción en Colombia y que difícilmente esta podría ser erradicada, sí se puede hablar de una neutralización al mediano – largo plazo. Para que esto se pueda llevar a cabo se podría implementar medidas de procedimiento penal y medidas de control fiscal que sean realmente eficientes. No obstante, en mi opinión, considero que la corrupción en el sector público comprende una serie de aristas tan similares como diferentes por lo cual, determinar con exactitud la raíz de este mal lleva a una serie de hipótesis, las cuales pueden ser todas absolutamente verídicas. Es allí donde se debe dejar de socorrer al ideal de un político perfecto, lo cual es en extremo peligroso, y emplear un modelo más gerencial dentro de las mismas instituciones. Este modelo podría garantizar una serie de reformas enfocadas en los resultados y los procedimientos sobre el marco de sus competencias, distanciándose así de los procedimientos legislativos propios de la maquinaria política tradicional.

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  21. Ivonne Jiménez Chamorro17 de febrero de 2020, 18:04

    El Gobierno debe trabajar para erradicar la corrupción. Lo que no puede hacer nada si desde la estructura básica de la sociedad, familia, no se hace mayor cosas. La sanción debe ser la devolución de la totalidad de lo que se consiguió por la labor pública, y la muerte política. Es errado pensar que el Estado no somos todos y no exigir de quienes se disponen a gestionar con los bienes públicos.
    Muy interesante la aproximación.

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  22. La corrupción en Colombia se viene dando hace muchos años, y se ha estado generando hasta la actualidad, ya que no existen los valores éticos en los funcionarios y contratistas que manejan los recursos públicos, es cierto que no son todos, pero los pocos corruptos o malos manejos influyen circunstancialmente en la sociedad o pueblo. Por lo tanto, se debe realizar un nuevo mecanismo para resolver las fallas en el seguimiento y control de como gastan los recursos públicos, y no solo en ese aspecto, sino la repartición de bienes y servicios, malos manejos de materias en obras poniendo en riesgo vías o edificaciones, para tener unas ganancias más elevadas en contratos, en otros malos manejos. Esto es un tema amplio donde la corrupción puede llegar a juntar a empresas privadas con entidades públicos, para obtener una ganancia ilícita o fácil de los recursos públicos.

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  23. Me parece muy interesante este tipo de análisis debido a que los 5 costos no evidentes mencionados anteriormente, son costos que en el diario vivir no los tenemos muy presentes ni en cuenta, pero cuando ya nos afectan a nosotros es muy tarde para verlos.

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