Hace unos días, el Departamento Nacional de Planeación
(DNP), abrió un espacio en el que los directivos de un conjunto de firmas de
consultoría del sector gobierno, tuvimos la oportunidad de transmitir nuestras
impresiones, sobre la estructura y contenido del Plan Nacional de Desarrollo
que está próximo a aprobarse.
Las características del evento, resultaron muy pertinentes
y seguramente provechosas, para la ardua tarea que está adelantando el DNP por
esto días. Se trató de un conversatorio con un número reducido de expertos en
temas diversos, conocedores del gobierno y las políticas públicas; en el que el
director del DNP, Simón Gaviria tuvo la oportunidad de presentar el plan y
recibir interesantes impresiones en un valioso tono de franqueza y camaradería
técnica.
Con estos antecedentes, considero oportuno precisar
algunos elementos de las impresiones personales, amablemente acogidas por el
DNP, relacionadas con el componente del Plan denominado “Buen Gobierno”. En
particular, se suscriben a incluir en este nuevo derrotero estratégico
nacional, un componente transversal que garantice la migración de la
perspectiva de la gestión pública, hacia dos conceptos centrales de
administración moderna: elevada productividad y alta calidad del gasto público.
El DNP ha manifestado, que por fin Gobierno Nacional
va a formalizar al interior del nuevo Plan de Desarrollo, el paso de
implementar el modelo de Gestión Presupuestaria por Resultados en Colombia.
Decisión muy pertinente si consideramos que países de la región como Chile y
Perú, han recorrido dicho camino con resultados notables, mucho antes que
nosotros. Con este mecanismo, avanzaremos en poder hacer una asociación mucho
más clara entre las metas que nos proponemos como nación y los recursos que
invertimos en alcanzarlas.
Esta iniciativa, supone el primer escalón para iniciar
un proceso sostenido de mejora en la efectividad pública colombiana, sin
embargo, si queremos hacer la tarea completa y pretendemos garantizar un gobierno efectivo, que responda
de la manera esperada a las exigencias sociales del post conflicto; es
pertinente que empecemos a medir la capacidad de nuestras instituciones para
entregar bienes, servicios públicos y calculemos de forma técnica la eficiencia
y la eficacia, con la que están siendo usados los recursos públicos
colombianos.
Hace unos años, Chile emprendió un proceso similar al
que proponemos y de acuerdo con la más reciente medición del World Economic
Forum, hoy día supera a países como Japón y Canadá en el ranking de eficiencia
en el gasto público.
La idea en concreto, es que nuestro gobierno empiece a
medir el nivel de producción de bienes y servicios de sus instituciones y que
se fije metas concretas asociadas a la mejora de los niveles de productividad.
De la misma manera, esperamos que logre avanzar del puesto 101 en el ranking
mundial mencionado y se acerque al puesto 21 en el que se encuentra actualmente
Chile.
El objetivo es que desde la perspectiva del “Buen
Gobierno” contenida en el Plan Nacional de Desarrollo, se formule una
estrategia consolidada de gestión del cambio en la administración, por
intermedio de la cual, cada gerente público se obsesione con garantizar que su
organización produzca más, haciendo uso de los mismos recursos y el Ministerio
de Hacienda trabaje en garantizar que nuestro país utilice los dineros públicos,
en el marco de estándares de eficiencia y eficacia, superiores a los de
cualquier nación vecina.
La consolidación exitosa de una iniciativa como la
anotada, traerá consigo aspectos que todos los ciudadanos colombianos añoramos:
el dinero de nuestros impuestos se verá representado en obras de
infraestructura oportunas, menor desigualdad social, mayor seguridad en las
ciudades y en las áreas rurales, mayor cobertura y por supuesto calidad, en
educación, salud, servicios públicos etc.
Todo esto, sin la necesidad urgente de concebir reformas
tributarias cada año, gracias al hecho de que con los mismos recursos será
posible lograr mayores resultados y responder de forma más efectiva a las
sentidas necesidades sociales.
Si esta iniciativa se incluye en el plan y el gobierno
trabaja de manera activa en garantizar su implementación, van a pasar varios
años antes de ver sus resultados, por eso es mejor empezar cuanto antes de
manera que “Todos Construyamos un Nuevo País” con instituciones públicas a la
altura de sus retos.