Por: Catalina Gutiérrez, Diego Arias, Diego García, Efrén Rico, Juan José Ocampo, Rosa María Bolaños, Rosa Prieto y Valeria Parra. Equipo de la Subdirección del Departamento Administrativo de la Función Pública
Más de 500 personas lo miran fijamente,
concentradas, sonriendo. Pedro
Medina, un hombre alto, de un poco más de 50 años, les habla sobre cómo
cambiar paradigmas, cómo creer en lo que hacen, por qué son tan importantes. El
carácter, la integridad, la transparencia y la competencia los conducirán a
mejores resultados. Al terminar, el
auditorio aplaude convencido que vale la pena seguir trabajando y creyendo en su
labor. No es para menos, son los gerentes públicos, quienes ponen en marcha al
Estado. Cada uno representa una pieza en ese gran engranaje institucional que
trabaja día a día para satisfacer las necesidades de los colombianos. Y
nosotros tenemos el privilegio de estar con ellos en un mismo lugar, atentos,
felices. Es la primera vez que todos los equipos transversales están en un solo
lugar. Así, en cuatro horas se pasaron varias semanas de decisiones,
propuestas, correos y reuniones y más
reuniones. Al final, esa sensación de alivio, por fin.
Dos meses antes, él, uno de los
asesores de la Subdirección, se levanta para ir a trabajar. Son las 5am. Es
septiembre. Es viernes y a pocas personas les gusta salir de su casa cuando aún
es de noche. Bueno, eso cuando se trata de ir a trabajar. No desayuna, el que llega tarde tiene que
invitar y por cuestiones del azar y beneficio de la mayoría, siempre le falla
el despertador a alguno de sus compañeros. Se baja en la estación de
universidades y apura el paso para llegar al noveno piso, a la sala de juntas
de la Subdirección del Departamento Administrativo de la Función Pública, uno
de los siete departamentos de la Rama
Ejecutiva del Poder Público.
Son las 7:00am y efectivamente
una de las sillas está vacía. Otra vez su compañero viene tarde y la mayoría
lamenta con ironía que otra vez tenga que invitarlos a todos a desayunar. “Pero
así es la vida” dice uno de ellos. Armando
Ardila, el Subdirector encabeza la mesa y como es de costumbre cada uno enumera
sus avances. Comités de desarrollo administrativo, encuentros de equipos
transversales, fichas, presentaciones, bases de datos, el gran proyecto de
políticas públicas, los contratos, los convenios, las reuniones, las llamadas,
los diplomados, los modelos, los veinte mil chats, los artículos y otros temas
que suenan más sofisticados como el CRM, el Sistema de Gestión de Calidad, el Índice
Sintético de Desempeño Institucional y el Dashboard,
sin mencionar el embellecimiento del carro, única labor que hace sonreír al
jefe. Ja y solo son ocho personas. Llegan los buñuelos y también una nueva
tarea para la lista: el Encuentro de Encuentros de Equipos Transversales.
Ninguna de estas tareas se hace
sola. Así que a trabajar. Quedan 20 días
hábiles y para cumplir las metas de la Subdirección, sus integrantes deben
articularse con las 6 direcciones técnicas, la Secretaría General, Planeación,
Control Interno y Tecnología. Todos
tienen sus propias tareas y muchas responsabilidades. Pero los asesores tienen
que acudir a ellos, porque para obtener el mejor resultado, deben hacerlo entre
todos. Eso lo han escuchado muchas veces, cada vez que Liliana Caballero, la Directora,
habla de la confianza y la solidaridad en los encuentros de Equipos
Transversales, los mismos que deben ir al evento.
Estos equipos hacen parte de una
estrategia que inició en 2014. Convencidos de la importancia del trabajo en red
y por iniciativa de la directora, la Subdirección de ese momento puso en marcha 10
grupos de trabajo conformados por los jefes o coordinadores de las áreas estratégicas
y transversales de las entidades de la Rama Ejecutiva: secretarios generales, jefes
de planeación, control interno, tecnología, comunicaciones, servicio al
ciudadano, jurídicos, de defensa jurídica, contratación y talento humano. Su
objetivo era evidenciar en la práctica los beneficios de las redes de los que
hablan múltiples disciplinas como la sociología, la psicología y la
administración. Así, dinámicas de sinergia, cooperación y creatividad de las
que hablan investigadores como Florencio Ceballos del Centro de Investigaciones
para el Desarrollo Internacional, se hicieron presentes en los escenarios
físicos y digitales que se pusieron a su disposición. En principio solo eran 24 integrantes en cada
equipo, pero hoy toda la red cuenta con 1.788 integrantes, incluyendo el nivel
territorial. Por eso, diseñar el primer espacio en el que se encontrarían casi
todos los integrantes de esta gran red no se trataría de cualquier reto.
El asesor de Subdirección
responsable del evento sabe que el primer paso es una reunión que se repetirá
como un eterno déjà vu; ideas,
propuestas y discusiones que les permiten ver la luz al final del túnel. “Lo
importante es que no sea complejo” fueron las primeras palabras de Armando,
pero ¿por qué no hacer esto y lo otro también? Replica su asesor. La agenda
cambia una y otra y otra vez. Mientras tanto, cada miembro del equipo, los
mismos que cada lunes y viernes asumen responsabilidades y relatan logros, enfrenta un rol. Sí, ellos mismos. Pero las demás actividades no se detienen. Los comités
sectoriales deben seguir programándose, agendas de Ministros y Directores
cambian una y otra vez. Claro que no pueden parar, cada sector debe conocer los
resultados de su gestión y acuérdense, quedan menos de 30 días hábiles. Siempre
llegan cambios de última hora, la pregunta: ¿qué tal si…? y las carpetas de la
Subdirección se van llenando de decenas de archivos con las etiquetas: versión
final, versión final 1, VF final final, etc. No importa, todo estará a tiempo en las manos de quién corresponda.
La recolección de datos tampoco
puede parar, menos ahora que los gerentes públicos del territorio también harán
parte de los equipos transversales.
-¿Pero para
qué quiere mi número de celular si yo tengo una flecha, señora?
-Doctor, para
que intercambie conocimiento y experiencias con otros jefes.
¡No es fácil convencerlos! Pero
al final estarán allí con sus pares, como nodos de esa gran red que busca
servir de herramienta para mejorar la gestión pública.
Todos están llamando,
convenciendo a cada secretario general y a cada jefe que vale la pena escaparse
algunas horas de su apretada agenda para asistir al gran encuentro. Algunos
tienen mayor poder de convencimiento. Otros se ponen nerviosos, sus palabras se
enredan y cuando se van a presentar
dicen: “Buenas tardes, le habla el Subdirector. ¡Perdón! el asesor del
Subdirector”.
Poco a poco aumenta la cifra de
confirmados. Cada reporte es más positivo que el anterior. Más de 600
asistentes listos para una agenda de lujo que incluye dos prestigiosos
conferencistas y el lanzamiento de una nueva herramienta, una red digital para los
equipos transversales.
“En 5 minutos se dará comienzo al
evento”, se viene la hora cero. Detrás del telón hay más de 20 personas
trabajando como hormigas, entre técnicos y miembros de la Subdirección.
Llamadas para recibir a los conferencistas, ajustes de último minuto en la
presentación y por supuesto, el menú por qué barriga llena, corazón contento.
Las luces se encienden y empieza el show. Parece que cada hora durara apenas un par de minutos, un punto tras otro. A las 9:00am se toma el escenario un gordito bonachón que con sus ejemplos y experiencia introduce la importancia de las redes, tema principal de este evento. Captura su atención. El comité directivo sonríe. La directora sonríe. Ellos, los miembros de los equipos transversales, nuestros invitados especiales, también lo hacen. Nos podemos sentar tranquilos. El evento llego a su fin; risas, aplausos y un cierre lleno de emotividad. El trabajo de muchas personas que han trabajado con esta y otras responsabilidades ha logrado su fruto. Al final, esa sensación de alivio, por fin.
Las luces se encienden y empieza el show. Parece que cada hora durara apenas un par de minutos, un punto tras otro. A las 9:00am se toma el escenario un gordito bonachón que con sus ejemplos y experiencia introduce la importancia de las redes, tema principal de este evento. Captura su atención. El comité directivo sonríe. La directora sonríe. Ellos, los miembros de los equipos transversales, nuestros invitados especiales, también lo hacen. Nos podemos sentar tranquilos. El evento llego a su fin; risas, aplausos y un cierre lleno de emotividad. El trabajo de muchas personas que han trabajado con esta y otras responsabilidades ha logrado su fruto. Al final, esa sensación de alivio, por fin.